Educar y cuidar a niñas y niños significa en términos generales, aceptarles, amarles y estimularles. Más concretamente, es todo lo que pueden aportar las personas adultas en general y las personas que se ocupan de la vida de un niño o una niña, en particular; esto es, el respeto de sus derechos, a través de una interrelación que les apoye cariñosamente.