Con el fin de contar con una línea base sobre los patrones de crianza predominantes en el país, se realizó una encuesta de 1201 entrevistas con cobertura nacional. Los resultados muestran una posición ambivalente con respecto al castigo físico. En términos generales se reconoce como inadecuado, pero al mismo tiempo se considera que es a veces necesario para establecer la disciplina.
Esta situación hace prever un vacío con respecto a formas efectivas alternativas al castigo para establecer disciplina y límites, pero también sugiere limitaciones de tipo actitudinal en el plano afectivo que impiden un verdadero cambio en las prácticas. Estas hipótesis se refuerzan al observar la poca frecuencia con que se utilizan en general los patrones de crianza, independientemente de si son o no violentos.
También resulta ambivalente la opinión hacia la ley que desautoriza la utilización del castigo físico y el trato humillante a los niños, niñas y adolescentes por parte de sus padres, madres o encargados/as. La mayoría de las personas entrevistadas muestran una opinión general positiva, pero consideran que la ausencia de castigo corporal tendrá consecuencias negativas sobre las características futuras de los niños, niñas y adolescentes al impedir un establecimiento adecuado de límites y al reducir la autoridad de las personas adultas.