El conflicto es parte de la vida de las personas, está presente en la familia, la pareja, en la escuela, en las comunidades, en el trabajo. Es inevitable no tener conflictos, por lo tanto el problema en la convivencia familiar no son los conflictos, sino la forma como los padres y madres intentamos resolverlos con nuestros hijos e hijas. Lo que agrava y mantiene un conflicto son las formas agresivas y violentas que utilizamos para enfrentarlos.