- Construyamos espacios educativos y de formación donde el respeto, el diálogo, la empatía, el modelaje adulto coherente y consistente, la negociación y la conciliación sean protagonistas
Los anteriores 5 y 6 de julio, diferentes medios de comunicación destacaron un segmento de la intervención de la señora Ministra de Educación, Anna Katharina Müller, ante la Comisión de Hacendarios, lo cual generó un amplio intercambio de opiniones en redes sociales.
Se trata de una larga intervención, en la que la señora Ministra habló fundamentalmente de temas presupuestarios y de gestión del Ministerio de Educación Pública (MEP), donde planteó una serie de opiniones con las que podríamos coincidir en torno a la familia como el primer espacio de socialización, formación y educación de las niñas, los niños y las personas adolescentes. Rol fundamental en el que consideramos las familias requieren apoyo, herramientas y sin duda programas promovidos desde el Estado mismo.
La señora Ministra señalo la necesidad de revalorizar social y comunitariamente el rol docente en el proceso formativo de las personas y en el desarrollo nacional; sobre la urgencia de que se coloque a niñas, niños y personas adolescentes en la gestión de la educación en Costa Rica y, comentó, asimismo, acerca de nuestra responsabilidad, de comprometernos todos los sectores sociales con el fortalecimiento de la educación y la gestión de los centros educativos con participación social.
Todos estos puntos en los que coincidimos plenamente. Sin embargo, hacia el final de su intervención y en respuesta a algunas preguntas de las señoras y señores diputados, la señora Ministra también pronunció la siguiente frase: “el peligro que hay ahora que no se le puede ni siquiera decir nada a un niño porque ya se convierte en una agresión, entonces los docentes están con las manos arriba porque no pueden ni siquiera llamarle la atención a un niño”.
La posibilidad de una interpretación errónea de dichas palabras, motiva el presente posicionamiento de la Coalición Costarricense de Organizaciones Sociales para el Seguimiento de la Convención de Derechos de la Niña y el Niño (COSECODENI), y las organizaciones que le conforman, debido al riesgo de la utilización que algunos sectores sociales hagan de las mismas para legitimar la educación sin respeto por la dignidad humana, el trato humillante, e incluso diferentes formas de violencias, entre ellas el castigo físico y el abuso de niñas, niños y personas adolescentes.
Esta posibilidad de surgimiento de interpretaciones erróneas e irrestrictas, las cuales pueden ya constatarse en las reacciones que se leen en las redes sociales, puede tener efectos negativos en la concepción que se tiene de las personas menores de edad, olvidando que son sujetos de derechos.
También pueden perjudicar las relaciones que se establecen entre las personas menores de edad y el mundo adulto e institucional, a modo de tendencia regresiva respecto de los avances internacionales y nacionales en materia de derechos humanos y desde la doctrina de la Protección Integral de las niñas, los niños y las personas adolescentes.
Nos preocupa desde COSECODENI particularmente que los efectos de una inadecuada interpretación de esas palabras genere un ambiente que propicie y legitime el uso abusivo y violento del poder que las personas adultas con rol de cuido y acompañamiento (referentes familiares e institucionales) tenemos en la vida de las personas menores de edad y que encuentra su sentido en tanto se ejerza desde una perspectiva instrumental, para la formación y el desarrollo integral de niñas, niños y personas adolescentes, pero desde un enfoque afectuoso, respetuoso de su dignidad y de sus derechos.
Reconocemos y coincidimos con la necesidad de dar herramientas y fortalecer las capacidades de padres, madres y otras personas de la familia a cargo del cuidado de niñas, niños y personas adolescentes, así como de las personas profesionales docentes, con el fin de que puedan potencializar su labor en la formación, la educación, la corrección, la disciplina, la orientación, el acompañamiento y el apoyo a las personas menores de edad, como una responsabilidad directa y como una necesidad esencial para la construcción y mantenimiento de una sociedad saludable, segura, solidaria, pacífica, basada en altos principios éticos y morales.
Sin embargo, este fortalecimiento y empoderamiento no puede darse fuera de un enfoque de derechos de los niños, niñas y personas adolescentes y sin el respeto a la dignidad de las personas menores de edad.
El respeto hacia las personas menores de edad debe ser un aspecto diferenciador del proceso educativo y modelador de las personas que se forman para el desarrollo de vínculos afectivos saludables, empáticos y respetuosos, así como para el desarrollo de capacidades reflexivas, críticas, conciliadoras, pacíficas, entre otras habilidades y competencias.
En este sentido, las organizaciones que formamos parte de COSECODENI quisiéramos poner a disposición del Ministerio de Educación Pública el conocimiento y la experiencia que poseemos en el desarrollo de estrategias y modelos de intervención y de fortalecimiento de capacidades de niñas, niños y personas adolescentes, así como de las personas con rol de cuido y de educación, para contribuir con el llamado de la señora Ministra a hacer de los centros educativos espacios seguros y de excelencia para la formación, impulsores verdaderos de los procesos de inclusión e igualdad social, desde una perspectiva de derechos humanos.
En este sentido, manifestamos nuestro deseo y disposición a ser parte activa en el planteamiento de soluciones viables que garanticen la protección integral de los derechos de niñas, niños y personas adolescentes, en el marco de un proceso formativo y educativo que desarrolle personas ciudadanas respetuosas, reflexivas, críticas, solidarias, productivas, con amplias capacidades para ejercer su ciudadanía, orientadas a la excelencia y al bien colectivo como el mejor recurso y estrategia para la construcción de un mejor futuro para nuestro país.
Construyamos espacios educativos y de formación donde el respeto, el diálogo, la empatía, el modelaje adulto coherente y consistente, la negociación y la conciliación sean protagonistas.
COSECODENI, 11 de julio de 2022